II CARACTERÍSTICAS DE UN CANTANTE
Cualquiera de los acercamientos existentes a la descripción de la voz de Ramón Vinay destacarán similares características, no siempre convencionalmente positivas.
En primer término se puede hablar de una voz tradicionalmente clasificada
dentro del tipo de tenor drámatico, de buen volumen, oscura, aunque opaca,velada, carente del squillo o brillo tradicionalmente pedido para los papeles italianos y heroicos alemanes, lo que va unido a una dificultad de variación timbrística y de dinámica (característica por lo demás bastante común en los
cantantes de su tipología vocal)2. Es, quizá, la voz de tenor más oscura que se ha preservado en testimonios discográficos. Sin embargo, y contrariamente a lo esperado, la zona aguda del registro era emitida con aparente facilidad, aunque el Si bemol se erigiera como su última nota segura. Su cobertura del sonido,
identificable a partir del Fa, se realizaba de manera espontánea, sin caricaturizar el timbre (caso Lauri Volpi), lo que le daba una gran homogeneidad. Su vibrato era muy cuidado, no cayendo en la amplitud excesiva que presentan las voces de muchos cantantes de tipo dramático y que termina por in estabilizar la emisión.
Con facilidad para el canto declamado, a veces recurría al énfasis como vía de caracterización (Tristán, Otello). Sin embargo, su fraseo siempre surge cuidado,con facilidad para los amplios arcos (jamás cae en el vício del portamento y su capacidad de atacar notas agudas sin necesidad de él es sobresaliente), sabiendo imprimir el "pathos" necesario, apoyado en un notable "carisma" escénico y una actuación de gran efecto, producto de un profundo proceso de racionalización y que será su gran fuerte: ''Vinay debe su propia fama más que a la voz -abaritonada,
tendencialmente corta, de timbre poco grato y emitida con dureza y esfuerzo- a la musicalidad, a la declamación incisiva y sobre todo a las cualidades escénicas,puestas en relieve a través de una figura de gran prestancia"3.
Su voz es un handicap real en roles tradicionalmente dados a tenores spinto o dramáticos, si estos requieren una cuota de juventud o brillantez en el timbre y fraseo: Radamés (Aida) , Don José (Carmen), Sigfrido (El ocaso de los dioses), Parsifal,
Tannhauser. En los personajes cuya juventud no está explícita o aparentemente presente, el resultado es más satisfactorio: Otello, Canio, Sansón o Tristán. Estos dos últimos indudablemente que son jóvenes, tanto como la cargada atmósfera musical, el elemento trágico y las exigencias vocales lo permiten. El caso de Sigmund (La valquiria) es similar: en realidad es un muchacho, pero de nuevo la
densidad orquestal, unida a una tesitura vocal muy central la hicieron ideal para un tipo de voz como la de Vinay.
Estas características marcarán un cambio del enfoque "glorioso mitológico" (voz brillante, con arrojo) aportado por cantantes como Melchior o Lorenz a los héroes wagnerianos a una caracterización más humana y profunda sicológicamente.
Otros roles cantados por Vinay fueron Julien (Louise) , Herodes (Salome),
Egisto (Elektra), Griska (La ciudad invisible de Kili!)), Loge (Oro del Rhin), Cavaradossi
(Tosca), Des Grieux (Manon Lescaut) y el protagonista del Cyrano de Bergerac
de Alfano.
El Vinay barítono (1931 a 1943 y de 1962 a 1969) presenta características
similares. En esta parte de la carrera Vinay se basó en papeles tradicionalmente
ricos en posibilidades dramáticas y famosos por ser utilizados como vehículos de
éxito para cantantes-actores (en los que pueden pasar inadvertidos con mayor
facilidad los problemas vocales): Falstaff, Gianni Schicchi, Michele (JI Tabarro),
Scarpia (Tosca) y lago (Otelio).
Se debe agregar el Dr. Bartolo (JI barbiere di Siviglia), el Dr. Schón (Lulú) y Telramund (Lohengrin). Vinay es efectivo como barítono de tipo dramático. Sin embargo, las notas Mi, Fa y Fa sostenido en este tipo de voz (Hans Hotter, Tita Ruffo, George London, Cornel McNeill) son de gran amplitud dinámica y pueden competir con cualquier orquesta, debido a que el "pasaje" se realiza a partir de la
nota Do, en tanto en Vinay esa zona se siente sólo como un paso a notas más agudas. Vinay realiza la cobertura del sonido en notas más altas de las que lo haría un barítono dramático, esperando dar toda su amplitud sonora a partir del Sol, y como barítono dramático le tocó cantar casi siempre en tesituras centrales. Por lo tanto, en las correspondientes grabaciones tomadas "del vivo" (donde se puede
oír al Vinay barítono) su voz no suena con el calibre necesario, cosa distinta a lo anotado en su desempeño como tenor. El paso de barítono a tenor en la voz masculina (como es el caso inicial de Vinay) no es algo tan poco común. Ejemplos como los de Lauritz Melchior, Carlos Guichandut, Cario Bergonzi, Jean de Reszke y el chileno Renato Zanelli (quien de todos ellos lograra el mejor desempeño en ambos registros), sirven de antecedente. Es indudable que en Vinay había una suerte de híbrido tim brístico que lo clasificó como tenor-barítono o barítono-tenor, pero pienso que el paso posterior de Vinay a registros más graves se debió a reales problemas a la hora de enfrentar una tesitura heroica de tenor más que a una vuelta a su verdadera naturaleza vocal.
Otros papeles de barítono cantados por Ramón Vinay fueron Escamillo (Carmen), Amfortas (Parsifal¡, Rey Alfonso (La favorita), el Conde de Luna (JI
trovatore) , Amonasro (Aida) y Rigoletto. Una curiosidad son los papeles de Varlaam (Boris Godunov) y El Gran Inquisidor (Don Cario), ambos para la cuerda de bajo. Como heredero de la mayoría de las características de Vinay tenor: se puede citar a Jan Vickers, por su énfasis en la actuación, voz (oscura, también algo opaca) y repertorio, si bien aquí el factor técnico-vocal se encuentra más resuelto.
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