lunes, 26 de octubre de 2015

Ramón Vinay. Un análisis vocal

156+Por Gonzalo Cuadra

"Ha habido voces mejores que la mía, pero yo
tengo en mí un actor y la inflexión en las palabras
cuando cantaba. Para aprender eso hay que dedicarle
horas y más horas",


I. INTRODUCCIÓN

Ramón Vinay I


El surgimiento de Ramón Vinay como gran figura de la lírica mundial en la época posterior a la segunda guerra mundial, hay que entenderlo a la luz del momento cultural.
Es la época precisa en que conceptos como "artisticidad" e in tereses como la actuación o la trascendencia de la interpretación se abrían paso de la mano de la opinión crítica, igualando o incluso, a veces, desplazando al vocalismo puro y la técnica perfecta como objetivo final en un cantante. Por vocalismo y técnica perfecta no me estoy refiriendo solamente a la capacidad de emitir un canto de alta pericia virtuosística (representado a comienzos de siglo XX por la escuela napolitana, la escuela de canto Marchesi, la de sopranos coloratura de la penísula ibérica o por cantantes como Bonci o McCormack), sino además a la capacidad de encarar sin problemas vocales y por muchos años, repertorio del siglo XIX tardío y siglo XX italiano: Pertile, Martinelli, Lauri Volpi, Melchior, Lorenz,
Zanatello, Merli, todos tenores del primer tercio del siglo XX y de los cuales Vinay heredará el repertorio. Sin juzgar si sus voces eran o no de calidad, tuvieron una técnica resuelta, con mucho menos problemas vocales que la generación posterior.
Lo anterior también puede ser visto como un gran retroceso desde el punto de vista técnico vocal: habrá un mayor énfasis en el "artista", pero cada vez se tendrá menos cantantes "perfectos" vocalmente.
A esto se suma el hecho de que se vivía la época siguiente al naturalismo en la ópera (período en que se acuñó definitivamente el término de "cantante-actor";
bástese recordar los fenómenos de Scotti o Chaliapin), imponiéndose un tipo de personificación cercana a la realidad, o por lo menos más empática con el público, mucho más al día en cuanto a técnicas de actuación. Por tanto, es la época del surgimiento del regisseur, el que sumado a los cantantes y director de orquesta, será responsable del espectáculo como un todo "integral".
Todo esto convertirá el mundo de la lírica en el terreno propicio para ver nacer los fenómenos de María Callas, Tito Gobbi, Astrid Varnay, Magda Olivero,Nicola Rossi Lemeni o Ramón Vinay.


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